MIAMI, Estados Unidos.- Leigh Hall, una británica de 29 años, y su prometido, gastaron casi 5 mil dólares en viajar a Cuba para celebrar su boda, sin embargo, la joven terminó siendo hospitalizada junto a otros cuatro invitados de la ceremonia debido a un presunto cuadro de salmonela, informó el  href=”http://www.dailymail.co.uk/news/article-6103729/Bride-29-reveals-spent-wedding-night-DRIP-salmonella-outbreak.html”>Daily Mail.

La pareja invitó a 24 amigos y familiares al Hotel Playa Pesquero en Holguín, donde planeaban ofrecer una romántica ceremonia en la playa, pero el evento se vio interrumpido cuando la novia comenzó a sentirse mal.

Según relató al diario, Hall pasó su luna de miel encerrada en el baño de su habitación con diarrea, vómitos y fiebre alta. Luego tuvo que ser trasladada a una clínica local, donde le colocaron sueros salinos. En total, estuvo cinco días postrada en la cama.

Un mes antes de la boda, la joven contó que detectó comentarios en el perfil del Facebook del complejo turístico, donde los huéspedes se quejaban de que habían caído enfermos de salmonela. Contactó con la agencia Thomas Cook, quien le vendió el paquete a Cuba, pero le dijeron que no había habido informes de salmonela durante un mes y que todo estaría bien para cuando llegara su fiesta.

“Mis padres me llevaron al centro médico local. Me pusieron un suero durante tres horas. Ese tratamiento nos dejó con una factura de £ 600 (773 dólares) que todavía estamos tratando de reclamar con nuestro seguro de viaje”, contó.

Hall asegura que el médico que la atendió no le dio un diagnóstico. “Nunca me dijo lo que tenía, pero eso [salmonela] es lo que tenían los demás en el complejo”, señaló la joven, quien perdió casi 10 libras de peso.

Thomas Cook se negó a indemnizar a la pareja desde el inicio, pero luego de ser contactada por varios medios de prensa, la aerolínea terminó ofreciéndoles una compensación de 3.000 dólares.

“Cuando me quejé con el personal del hotel, me dijeron que mi enfermedad fue causada por agotamiento por el calor y beber demasiado. Pero tengo un bebé de siete meses, estaba sentada a la sombra todo el tiempo”, afirmó.

Un caso similar al de Hall fue reportado hace alrededor de una semana, cuando una pareja británica denunció que la habitación de su hotel en Cuba tenía olor a orina y se habían visto obligados a caminar sobre aguas residuales en el lobby, algo que les ocasionó sarpullido en las piernas.

Otra turista británica de 61 años aseguró en  marzo de este año que sufrió de diarreas tras bañarse en una piscina del hotel Grand Memories Varadero. Al salir preguntó al personal del hotel y le contestaron que no había cloro para echarle al agua.

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