Cuando el canciller castrista Bruno Rodríguez el 16 de mayo de 2018 en Ginebra aseguró que en Cuba no hay presos políticos, o cuando Raúl Castro se burló en La Habana, en presencia del presidente Barack Obama, del periodista que le preguntó  por los prisioneros de conciencia y le dijo que no había ninguno, ambos mostraron estar descolocados en el tiempo.

Corre la segunda década del XXI, la era de las nuevas tecnologías, y del renacer de la verdadera prensa cubana, la independiente, que hoy informa al mundo los detalles del Gulag castrista, y cómo maltratan y torturan a los prisioneros de conciencia. Se acabó el monopolio del silencio y la mentira.

El caso de Ruiz Urquiola  revela que la presión sí funciona

Una expresión  de ello es el caso del biólogo Ariel Ruiz Urquiola,  brillante científico y profesor, condenado a un año de cárcel por motivos políticos. Rápidamente el mundo recibió la noticia, lo cual  posibilitó el inicio de una masiva campaña internacional por la liberación del profesor,  apoyada por la oposición interna, y por el propio científico, quien se declaró en huelga de hambre y sed.

Pronto se evidenció la fuerza  de combinar presión interna (la huelga de hambre y las denuncias dentro de Cuba), con una gran presión externa con exigencias de gobiernos (el de EE.UU),  instituciones, científicos, congresistas y medios de comunicación, de una contundencia inédita en los últimos tiempos.

Y Ruiz Urquiola fue liberado. La moraleja fue clara: si a la dictadura de La Habana se le somete a gran presión externa e interna, hace lo que no haría jamás sin esa presión. La cúpula castrista se enfureció. Sabe que sí le pueden torcer el brazo si se hacen las cosas correctamente.

Condiciones infrahumanas:   ‘salían ratas del retrete…’

Luego de excarcelado el biólogo cubano  narró a Diario de Cuba,  el 9 de julio de 2018,  que estaba en el campamento Cayo Largo, “una barraca asfixiante de dos letrinas y una ducha para 52 reos”.

”Estaba en una celda de menos de cuatro metros cuadrados –relató al periodista Boris González– en la que yo no cabía acostado. A las 10:00 p.m.  me daban una colchoneta y la retiraban a las 6:00 a.m. Por el retrete salían ratas, tenía que taparlo con la mitad de un pomo plástico de dos litros, de esos de refresco, que había desde antes que yo llegara”.

Y agregó: “Había una escotilla con barrotes a la que yo acercaba la cara para inspirar oxígeno, pero para eso tenía que hacer un esfuerzo, porque quedaba alta. Cuando ya no tenía fuerzas para ello, me tiraba en el piso para inspirar el aire fresco que entraba por la parte inferior de la reja de la celda. Tenía que tirarme en posición oblicua porque mi cuerpo no cabía a lo largo. Me faltaba el aire y tenía taquicardia que solo podía controlar con prolongados ejercicios de meditación vipassana”.

Hay 120 presos políticos, 27 más que en 2016

Claro, con Ruiz Urquiola excarcelado todavía hay en Cuba 120 prisioneros de conciencia,  según reporte de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) del 31 de mayo de 2018.  Hay ahora 27 presos políticos más que el 25 de abril de 2016, cuando la  CCDHRN reportó un total de 93.

Uno de ellos es el doctor Eduardo Cardet,  en prisión desde noviembre de 2016 por criticar el legado de Fidel Castro.  El 12 de junio de 2018 su esposa, la doctora Yaimaris Vecino, dijo a Radio Martí que el régimen no le da la libertad condicional porque Cardet no “ha entendido” las consecuencias de su “actuar” y no está “listo para reinsertarse a la sociedad”.  Es el colmo, la dictadura pretende que Cardet se vuelva traidor y comunista para liberarlo.

Desde la muerte de Fidel Castro el régimen ha aumentado la represión. Y con Díaz-Canel la ofensiva sigue. El 6 de mayo de 2018  agentes del MININT le dieron una paliza a las opositoras  Micaela Roll Gibert y Aimara Nieto Muñoz en Calabazar, La Habana, que se ve en un video difundido por la UNPACU en YouTube.  ¿Cuál fue el delito de ambas mujeres?  Gritar “¡Abajo Díaz-Canel!”.

Es inevitable,  para quienes tienen edad para ello, recordar las golpizas que en los años 50 recibían los estudiantes en Cuba por gritar “¡Abajo Batista!”. ¿Quién lo iba a decir?

Han sido encarceladas ya 11 Damas de Blanco

“En estos tres últimos años ya son 11 Damas de Blanco las que el MININT lleva a prisión, todo porque quieren que la organización desaparezca”, dijo a Diario de Cuba, el 6 de julio, la líder de esa organización, Berta Soler. Precisó que desde marzo de 2018 hasta el 6 de julio son cuatro las Damas de Blanco encerradas en la cárcel.

El caso más reciente es el de Yolanda Santana, condenada a un año de cárcel por violar un dispositivo de seguridad  que el MININT desplegó para que no pudiera asistir a misa.

Berta Soler informó que a Yolanda “le celebraron un juicio sin abogados, en el que solamente pudieron estar sus dos hijos, en un tribunal tomado por un operativo de la Seguridad del Estado y la Policía Nacional Revolucionaria”. Y agregó que ahora  todo es peor, los esbirros sitian las casas de las activistas los fines de semana para impedir que participen en las marchas dominicales.

Opositores que llevan 24 años en prisión

Algo importante es que  el régimen no ha abandonado las largas condenas contra sus opositores políticos. La CCDHRN  tiene registrados nueve presos de conciencia en la cárcel desde hace 20 años y más. Algunos van en camino de igualar o superar la marca de Nelson Mandela de 27 años en prisión.

Cuando en 1987  Mandela cumplió un cuarto de siglo en prisión  los medios de prensa de todo el planeta hablaron del valeroso líder sudafricano,  declarado entonces como el preso político más antiguo del mundo.  Sin embargo, el independiente Comité Cubano Pro Derechos Humanos circuló por entonces una lista de cerca de 20 presos políticos cubanos que habían permanecido en prisión tanto tiempo como Mandela,  o más. Nadie le hizo caso.

Los presos políticos más antiguos de Occidente

La CCDHRN también ha denunciado que hay cerca de 20  presos políticos que llevan más de 15 años en la cárcel. “Son, sin duda, algunos de los presos políticos más antiguos del Hemisferio Occidental”, destacó esa entidad independiente.

Humberto Real Suárez, es un preso político desde 1994.  El  y sus compañeros Armando Sosa Fortuny y Miguel Díaz Bouza se infiltraron en Cuba en 1994 como parte de un grupo armado del exilio. Están presos desde el 15 de octubre de ese año. Cumplen condenas de 25 y 30 años y con la salud muy quebrantada por las condiciones deplorables de su cautiverio.

 Martí Noticias habló el 15 de junio de 2018 con la madre de Humberto,  Graciela Suárez Díaz, quien dijo que a Miguel, en la prisión “Pretensado” de Santa Clara, ya le falta poco más de un año para cumplir su sentencia de 25 años, pero sigue en una prisión de mucho rigor. Le niegan pasar a otra menos severa.

Saña, odio y atropellos

En tanto, Armando  se infiltró en Cuba pero no utilizó armas. Esta es su segunda sentencia, pues había cumplido parte de otra entre 1960 y 1978, cuando lo indultaron.  Ya con 74 años,  él está en la prisión camagüeyana de Kilo 9. Graciela destacó que desde marzo de 2018 está en el hospital de la prisión por una isquemia que le tiene rígidos un pie y el brazo derecho. Siente mucho dolor en un brazo en el que recibió un balazo al infiltrarse en 1994. Por los dolores y la isquemia se le dificulta mucho bajar y subir escaleras, algo que es necesario en el penal.

De su hijo Humberto,  Graciela dijo que ahora está en la prisión de Agüica, Matanzas, una de las peores de Cuba. “Ahora las llamadas telefónicas son cada 21 días y las visitas una vez al mes. Le llevé 200 sobres y 200 sellitos para que me escribiera y las cartas no llegan a mí”.  No dejan llevarle nada,  relata Graciela, ni un espejo para que se afeite, ni aceite (en la “jaba” de alimentos).  Son 17 hombres en una galera, chocando unos con otros. Otros presos la llaman a ella, de parte de Humberto, para que él sepa su papá, que está muy mal de salud.

En fin, el MININT se esmera para que los carceleros sean particularmente crueles con los “contrarrevolucionarios”. Ello se traduce en un trato inhumano, saña, odio y atropellos.

Brutales golpizas contra presos de UNPACU

El líder de UNPACU, José Daniel Ferrer, denunció el 1 de julio de 2018, en declaraciones a Radio Martí,  las palizas a integrantes de esa organización opositora que están en prisión. Actualmente 56 activistas de UNPACU  cumplen penas  de cárcel. El caso más reciente es el de Yeroslandi Calderín, condenado  el 10 de julio a 8 meses de cárcel en Palma Soriano, por incitar a la realización de un plebiscito.

Ferrer también habló con Radio Martí sobre dos activistas de UNPACU golpeadas  en la prisión de mujeres de Las Tunas.  Maité Hernández Yerra fue apaleada por la segunda jefa de la prisión, de nombre Ismely,  “porque quería obligar a Maité a realizar labores que ella consideró que eran ultrajantes y que no las iba a realizar”.

También fue golpeada Yolanda Carmenate, quien ha estado dos meses en una celda de castigo. En la golpiza a Yolanda  le rompieron sus espejuelos. Ferrer también denunció las golpizas a Herlán Hernández y Eliecer Góngora, presos en Las Tunas.

Cárcel por cada artículo publicado en Diario de Cuba

Como expresión de que en Cuba la justicia no existe y las personas van a la cárcel arbitrariamente, está el caso del periodista de Diario de Cuba, Osmel Ramírez  Alvarez.

Osmel fue arrestado el 19 de junio de 2018 en Mayarí, Holguín. Sin ser encausado,   los esbirros –como si fuesen jueces–  le comunicaron que estaría en la cárcel tres días por cada artículo publicado en el diario mencionado, según informó su esposa, Idalia Torres el 19 de junio. Y así fue. Estuvo preso 3 días por una crónica publicada en Diario de Cuba. Al salir de la prisión, Osmel dijo a ese medio que le advirtieron que si publica otro artículo va de nuevo a prisión. Encima le informaron que no puede viajar al extranjero.

‘Me colgaban de la puerta de la celda por las manos…’

Mario Alberto Hernández Leyva, de Holguín, es vicepresidente del Movimiento Opositores Por Una Nueva República (MONR). En mayo de 2014 fue recluido sin juicio en la prisión de Valle Grande. Salió el 8 de enero de 2015, como parte de los 53 presos políticos puestos en libertad a cambio de tres espías castristas presos en EE.UU. Meses después volvió a ser condenado a tres años por organizar protestas públicas en el aniversario del “maleconazo”. Salió de la cárcel en 2017, y el 6 de junio de 2018  le narró a Diario de Cuba detalles de su infernal  cautiverio.

Por no ponerse la camisa de preso común sufrió brutales golpizas y torturas. Contó Hernández Leyva:   Me colgaban de la puerta de la celda por las manos esposadas Había días que me amarraban desde las 10:00 de la noche hasta las 5:00 de la mañana”. Y agregó: “También me esposaban a la litera. No me podía agachar, moverme, nada”.

Cuba, sexto lugar mundial en población carcelaria

En tanto, el panorama de los presos comunes empeora. El número de reclusos es alarmante.  Según la CCDHRN  hay entre 65,000 y 70,000 reos comunes. Ahora Cuba ocupa el sexto lugar mundial con más población carcelaria, de acuerdo con el último informe World Prison Brief (WPB), publicado en “The Bosch’s Blog” el 11 de mayo de 2018,  que recoge la población penal en  más de 200 países.

 En su reporte,  la WPB ubicó a Cuba en el  sexto lugar mundial porque tiene 510 presos por cada 100,000 habitantes. Añadió que en 2013 existían en la isla 200 prisiones, cantidad desmesurada para el tamaño de la población cubana.

El infierno en la tierra’, como si fueran animales

Lo peor es que los reclusos son tratados como animales, según constatan periodistas independientes. El 10 de mayo de 2018 Cubanet publicó una entrevista con el recluso Hortelio García, diagnosticado con VIH-SIDA, quien calificó de “infierno en la tierra” la cárcel de Santiago de Cuba en que estaba:

 “Los guardias te tratan como basura y hasta te amenazan con dejarte morir o te echan a pelear con otros presos y tienes que pagarles para que te dejen en paz (…). No hay una posta médica para que los que están muy mal tengan atención, los dejan tirados hasta que se mueren y después le inventan cualquier cosa a la familia. Yo he visto morir gente al lado mío, por falta de atención médica… y por falta de comida”.

Roberto Alvarez Quiñones

10 de julio de 2019

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