Una vez más el científico cubano Ariel Ruiz Urquiola, biólogo, se encuentra arriesgando su vida en una huelga de hambre y sed para protestar contra las injusticias de las que está siendo objeto en su injusta prisión. Años atrás había llevado una huelga similar como queja ante
el abandono y la indolencia de funcionarios de salud contra su hermana, enferma de cáncer y necesitada de un medicamento de importación que la burocracia en Cuba le demoraba de forma indolente y peligrosa para la vida de ella. Tres veces fue detenido Ariel por la policía y las fuerzas de la Seguridad del Estado durante aquellos días de huelga de hambre pública.
El rencor y el encono enfermizos de los funcionarios del gobierno cubano y de la policía política por la sostenida conducta cívica de Ariel Ruiz Urquiola los ha llevado a continuar martirizándolo en prisión lo que ha provocado esta reacción desesperada. Condenarlo a un año de prisión con el argumento de “desacato” (figura jurídica de moda junto a las de “peligrosidad predelictiva”, “atentado”, “desobediencia” y “resistencia”), es la manera con que el gobierno reprime e intenta neutralizar a los cubanos que pacíficamente ejercen el derecho a la libre expresión de sus ideas.
Después de numerosas acciones hostiles de los vecinos contra el núcleo de la familia Urquiola en su finca ecológica de Viñales, Pinar del Río (robo de terrenos, destrucción de sus sembradíos, etcétera), ahora el contubernio de la policía con los guardias forestales del lugar fue más allá. Las constantes denuncias de Ariel ante las autoridades sobre ilegalidades que ocurrían en su entorno, fue el motivo inmediato por el que la Seguridad del Estado buscó una excusa para deshacerse de este cubano digno, tan defensor de la naturaleza como de sus derechos ciudadanos.
Una vez más los represores se equivocaron. Al fabricarle un proceso judicial a Ariel Ruiz Urquiola, este pacifico científico y ecologista ha sido calificado por Amnistía Internacional como prisionero de conciencia. Luis Almagro, Secretario General de la OEA, ha clamado por su liberación y ha pedido a la comunidad internacional que se sume a ese pedido. Cuatro congresistas cubanoamericanos han pedido al Secretario de Estado norteamericano que exija la liberación de Ariel. Científicos del Museo de Ciencias Naturales del Instituto Leibnitz para la Investigación de la Biodiversidad y la Evolución, con sede en Berlín, también les piden cuentas al gobierno cubano sobre el caso de Ariel. Medios de prensa internacionales claman por su justa e inmediata liberación.
La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba se une a todos esos justos reclamos para que pueda evitarse a tiempo la muerte de un cubano que pertenece a ese grupo selecto de aquellos que –como dijera Martí—“llevan en sí el decoro de muchos hombres”.
Fundación para los Derechos Humanos en Cuba
Junio 29, 2018