La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC) ha anunciado la creación del Observatorio Cubano de Conflictos. Esta herramienta permite integrar un nuevo ángulo proactivo: la denuncia de los conflictos que son engendrados por las violaciones de derechos humanos, y el empoderamiento de los ciudadanos para que obtengan
victorias en sus reclamos.
Visibilizar conflicto nacional y sus causas
En Cuba, si bien no se escuchan hoy las explosiones de bombas y cañonazos, no hay paz social. Lo que existe es un conflicto nacional en el que el estado emplea diversas formas de violencia, económica, administrativa o incluso física, contra todo ciudadano cuyas opiniones o actividades pacíficas –sean políticas, económicas o culturales– le resulten incómodas.
La causa del conflicto nacional es la persistencia de un modelo de estado totalitario que gradualmente se viene desentendiendo de las necesidades de la ciudadanía mientras que, al mismo tiempo, bloquea toda iniciativa que las personas intenten dar solución a sus múltiples problemas de pobreza, transporte, vivienda y otros.
Es un conflicto nacional que se expresa entre los intereses egoístas de la minoría que se beneficia al mantener ese modelo obsoleto de estado y los intereses de la aplastante mayoría de los cubanos que demandan cambiarlo por otro –moderno, inclusivo y eficiente–, capaz de abrir cauce a la prosperidad.
Los que se benefician del actual estado de cosas aconsejan pasividad aseverando que “esto no hay quien lo arregle pero tampoco hay quien lo tumbe”. Sin embargo, los cubanos, cada vez más, creen que “otra cuba mejor es posible” y no quieren dejar los problemas actuales en herencia a la siguiente generación. Están convencidos de no merecer la vida que llevan y quieren cambios ahora.
Tres generaciones perdieron su tiempo de vida esperando que las soluciones y cambios vinieran de Fidel y Raúl. Los cubanos no van a seguir esperando pasivamente por soluciones ajenas. Quieren apropiarse de su vida y realizar sus proyectos de felicidad. Están convencidos de que el futuro será mejor que el presente. No piden ni necesitan “promesas” estatales y partidistas porque ya no creen en ellas ni en quienes las hacen. Ahora sí creen que “aquello” hay quien lo cambie y quien lo arregle: los propios cubanos.
La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba está persuadida de que cualquier movimiento para el cambio democrático en la isla tiene que hacerse combinando la defensa de los derechos humanos con una estrategia de inserción proactiva en los diversos conflictos económicos, sociales, culturales y políticos del país. Por eso el Observatorio al tiempo que monitorea y analiza los conflictos (Ver Conflictómetro Abril), también capacita y apoya las luchas ciudadanas para ganar, victoria a victoria, el cambio del modelo actual de estado.
La elite de poder sigue teniendo la fuerza, pero no tiene ya mecenas que la sostenga, ni cuenta con la credulidad de los cubanos. Sus alianzas internacionales se desmoronan. Su tiempo histórico se acabó. Comienza el tiempo de los ciudadanos.
3E: exponer, educar y empoderar
La misión del OCC en esas circunstancias se define con “3E: exponer, educar y empoderar”.
Exponemos la conflictividad nacional cuando la monitoreamos, analizamos y divulgamos.
Educamos a ciudadanos y redes de la sociedad civil para que comprendan el nexo que existe entre sus reclamos y la necesidad de cambiar el modelo de estado que bloquea su búsqueda de la felicidad.
Empoderamos a esos cubanos cuando difundimos sus acciones y traspasamos conocimientos, experiencias y recursos para que alcancen el éxito.
La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba está convencida de que finalmente ha llegado la hora del cambio en Cuba. No porque reciclen algunos rostros en el gobierno, sino porque a la elite de poder se le desmoronan los pilares que le permitían ser intransigente.
Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC)
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