Uno de los pilares del mito que vendió al mundo Fidel Castro sobre la “revolución cubana” fue la supuesta ventaja de que al tener Cuba una economía estatizada, “superior” a la capitalista, contaba con un sistema de seguridad social muy superior al del resto del continente, y de todo Occidente, para proteger y cuidar a todos los ciudadanos, especialmente de los ancianos.
Falso. Fue la Unión Soviética y no la economía estatal cubana la que en los primeros 30 años hizo posible la existencia de un sistema de seguridad social que si bien nunca alcanzó el nivel de los vigentes en Argentina, Costa Rica, o Uruguay, por ejemplo, al menos evitaba la mendicidad masiva. Moscú en esas tres décadas estuvo obsequiando al castrismo miles de millones de dólares anualmente.
Y es que la economía cubana, una de las tres más avanzadas de Latinoamérica en 1958, al ser estatizada en 1960-1961 se derrumbó por completo. Y no hubiese sobrevivido si el soviético tío Boris no la hubiese financiado hasta que falleció, de muerte natural, en 1991.
Hasta mujeres con sus niños en los brazos mendigan comida
Y voy al grano. Las crónicas y reportes enviados últimamente desde la isla por periodistas independientes revelan un aumento dramático de la cantidad de mendigos y pordioseros de todas las edades que deambulan por las calles de toda Cuba. Hombres, mujeres, niños y ancianos buscan sobras de comida en los basureros, la piden a los transeúntes, o limosnas en dinero para comprar algo de comer.
Hace unos días, el reportero independiente Julio César Álvarez informó desde Holguín que en el centro de esa ciudad se ven “mujeres con niños pequeños en brazos pidiendo algo de comer”.
El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Cuba, en tanto, ofrece datos viejos y manipulados. Informa que entre 2014 y 2023 se registraron 3,690 mendigos en la isla. Ese ministerio no tiene ni idea de cuántos pordioseros hambrientos hay en Cuba actualmente. Sin duda son muchos miles en toda la isla, gracias a la “revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes”, como la calificaba el Farsante en Jefe Fidel Castro.
Desde La Habana, la activista María López, describe la situación en Centro Habana como especialmente grave: “Es muy duro en todos los casos, pero cuando tú ves jóvenes pidiendo comida en la calle, ya es algo un poco más serio, y la situación se ha ido agravando, a tal punto que en cada esquina puede ser que haya siete u ocho” (jóvenes pidiendo comida)
También desde la capital, Dunia Medina comentó a “Radio Martí” el alarmante aumento de mendigos en las calles. Refiriéndose a jubilados vistiendo harapos, famélicos por el hambre, buscando comida en los basureros, expresó: ¿cómo es posible, que después de haber laborado más de 40 años consecutivos tengan que vivir ellos una vida tan miserable?
Proliferan los niños famélicos pidiendo limosnas en las calles
Y agregó Dunia: “porque la miseria dentro de Cuba aumenta por día, y en los niños también. En las calles populosas como la de Monte, en La Habana Vieja, o en Galiano, proliferan los niños a diario en grandes cantidades, junto a ancianos”,
El opositor Silverio Portal denunció no hace mucho el drama de un niño que sobrevive de limosnas en una calle de La Habana. Tomó un video donde se ve al infante, de unos 11 años de edad, muy delgado y sin camisa, durmiendo profundamente en un portal de Centro Habana, junto a un cesto en el que había algunas monedas.
También reportó el caso de una abuela habanera abatida por la miseria extrema que tiene que buscar comida en los basureros o u otras cosas para venderlas y poder comer y subsistir.
Algo parecido denunció el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP). Reveló que una anciana cubana de 75 años y su nieta adolescente sobreviven gracias a que buscan plásticos y otros objetos en los basureros en Sancti Spíritus para venderlos en las tiendas de materias primas, obtener dinero y comprar sus alimentos.
Jamás hubo en Cuba tantos pordioseros a causa de un gobierno
Quienes tenemos ya años suficientes encima somos testigos de que en Cuba antes del castrismo por supuesto que había mendicidad como en cualquier otro país. En La Habana era un personaje célebre el Caballero de París, que deambulaba por las calles, pero se sabía que era un buen hombre que había perdido la razón. En mi casa a veces se presentaban personas con una lata vacía que le devolvíamos con alimentos.
Pero hay una colosal diferencia y doble, en todo esto: 1) en proporción a la población total de la isla, hay ahora infinitamente más mendigos que hace 66 años; y 2) ese número mucho mayor hoy ha sido generado directamente por un gobierno.
Nunca ningún gobierno en la Cuba precastrista por razones políticas, de crueldad y mala entraña de sus integrantes, llevó a tantos cubanos a una vida tan miserable como los personajes del mismísimo Víctor Hugo en “Los Miserables”.
Y todavía Miguel Díaz-Canel tiene la desfachatez de hablar de los “logros de la revolución”, de su “continuidad”, y convoca a los cubanos a “guapear” la comida y no esperar a lo que le van a dar por la “libreta”.
En fin, estamos ante otro crimen del tirano Raúl “el Cruel” y sus cómplices, todos vividores millonarios, malversadores y abusadores que gozan de la dolce vita”