La mayoría de las reseñas en internet de los huéspedes de centros turísticos en las playas se enfocan en la calidad de la arena, el agua, la comida, las toallas y las sábanas. Y el Club Marea del Portillo y el vecino Club Farallón en la costa sur de Cuba no son una excepción.
Pero muchos de los huéspedes se han quejado además de las jóvenes prostitutas cubanas en los hoteles de tres estrellas, populares entre los canadienses en busca de unas vacaciones baratas, que pueden ser hasta de sólo $645 por el vuelo y la estadía por toda una semana, con todo incluido.
El Marea del Portillo, en el municipio de Pilón, un remoto lugar de la provincia Granma, acogió a James McTurk, de 78 años, un canadiense convicto de turismo sexual con niñas cubanas de edad tan baja como los tres años, durante siete visitas entre el 2009 y su arresto en Toronto en julio del año pasado.Las que siguen son algunas de las quejas de los huéspedes sobre prostitución, en su mayoría escritas de forma anónima, en el sitio de viajes Tripadvisor.
*“Lo peor de todo fue el tráfico sexual. Estoy acostumbrado a ver prostitución en Cuba ahora, pero cuando son niñas de 13 y 14 años… eso es repulsivo”.
*“Si no quieren ver pasar una prostitución evidente frente a sus ojos, no reserven en este centro turístico”.
*“Se permite traer a prostitutas muy jóvenes como huéspedes por parte de algunos clientes de más edad. Ellas besan en cualquier parte y se comportan en público de forma seductora”.
*“El centro turístico tiene algún tipo de arreglo con la prostitución local, ya que vimos a más de un par de ellas ‘acompañando’ a los huéspedes en ambos hoteles. Ellas deambulaban por el lugar como Pedro por su casa”.
*“¡Está lleno de prostitutas!! Parece que muchos hombres vienen a este centro turístico nada más que a conseguir chicas”.
*Los clientes habituales “se componen de viejos que regresan a menudo a visitar sus noviecitas cubanas, quienes tienen hijos con ellos y a veces uno en camino… Si les gusta ver a muchachas explotadas, entonces puede que disfruten de su estadía”.
*“¿Es prostitución? Lo que se ve en el Marea se ve en Cuba en todas partes. Las reglas han cambiado, y ahora se permite a los cubanos entrar a los hoteles. Si ellos lo pagan, tienen todo el derecho de estar allí”.
*“Ahora que se permite a los cubanos visitar el centro turístico (y me siento contento por esto, cualquier nueva libertad para ellos es bienvenida), muchos canadienses están contratando prostitutas y trayéndolas al centro turístico, a menudo para quedarse con ellos durante toda la semana. Esta actividad no se limitaba sólo a hombres gordos y viejos, había montones de mujeres de todas las edades con sus gigolós”.
*“¡Este comportamiento me parece absolutamente repulsivo! ¿Qué rayos les pasa a estos canadienses, que ellos tienen que volar a Cuba a aprovecharse de esta gente, a hacerlos vender el alma, sólo para poder darse ellos una revolcadita?”