El diario, The Washington Post publicó un informe sobre el segundo aniversario de la muerte sospechosa del activista y líder cubano Oswaldo Payá. A continuación se muestra un extracto del artículo:

“Hace dos años el Martes, un carro azul rentado fue destrozado al lado de una calle desertada en el este de Cuba. En el asiento de atrás se encontraba Oswaldo Payá, uno de los disidentes más conocidos en la isla, quien había impulsado la idea de un referéndum democrático sobre el futuro de la nación. La voz del señor Paya no era la más alta, pero era una de las más determinada y cometida. En el día del choque, Payá llevaba más de una década tratando de traer una revolución pacífica donde los Cubanos pudieran decidir su destino y que terminara el medio siglo de tiranía por los hermanos Castros.

El señor Payá sufrió muchos abusos e intimidaciones por sus esfuerzos. Varios de sus amigos y aliados fueron arrestados. Recibió amenazas por teléfono juntos a otras advertencias, algunas violenta. Pero el nunca se dio por vencido. El día del accidente, Oswaldo estaba en camino junto a un asociado joven, Harold Cepero, a verse con los soportadores del Movimiento Cristiano de Liberación. En el asiento delante del carro rentado estaba un visitante de España, Angel Carromero, un líder del brazo de juventud perteneciendo al partido en poder, y uno de Suecia.

El carro perdió control cuando un carro con chapa del estado chocaron el carro por atrás, según señor Carromero. Aunque Carromero y el asociado de Suecia sobrevivieron, Oswaldo Payá y Harold Cepero murieron en el choque. El señor Carromero acierta que fue forzado a confesar y sometido a un juicio preparado para tapar lo que verdaderamente ocurrió.  La ‘confesión’ grabada, que fue televisada, estuvo forzada sobre él.  Le dijeron que leyera en voz alta de unas cartas escrita por oficiales de la Seguridad de Estado. Fue condenado a cuatro años de prisión por homicidio vehicular y luego fue devuelto a España para cumplir su sentencia.

Desde ese entonces no se ha hecho una investigación seria o creíble sobre las muertes. Cuba ha ignorado todas las demandas por una investigación internacional que revelaría la verdad. El señor Paya tenía ciudadanía doble con Cuba y España, pero España vergonzosamente ha estado desinteresada por saber lo que ocurrió. Le verdad es importante- hay que enseñarle a los hermanos Castro que no pueden apagar una voz gritando por la libertad sin consecuencias.»

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