Según asegura el portal digital McClatchy DC «3,5 millones de votantes registrados en Hong Kong están haciendo una declaración de que ellos quieren opciones electorales en el 2017. Por otra parte el Partido Comunista Chino está diciendo que quiere controlar esas decisiones».
Pero la magia de tener libre internet en Hong Kong ha permitido a los defensores de la democracia realizar un referéndum popular sobre las normas básicas para la elección del 2017 con el fin de determinar el próximo director ejecutivo del territorio. Beijing ha condenado enérgicamente el referéndum popular, que calificó de «ilegal» y una «farsa». Pero cuanto más el gobierno chino fulmina el referéndum, más residentes de Hong Kong se alinean a registrar sus deseos, tanto en línea como en las urnas.» De hecho, «a partir del lunes, más de 700 mil votantes registrados participaron, principalmente mediante el uso de aplicaciones de teléfonos inteligentes o en Internet.»
El grupo responsable del lanzamiento de la encuesta es Occupy Central, que ha estado abrumado por la respuesta, diciendo que era «siete veces» el número de votantes que esperaban. La encuesta se inició en la noche del viernes y continuará hasta el domingo. Ahora el grupo tiene la esperanza de que «1.000.000 de votantes enviarán un fuerte mensaje a Beijing y al gobierno de Hong Kong que también ha rechazado la legitimidad del referéndum.»
El ejemplo de Hong Kong muestra cómo el internet en las manos del pueblo promueve la democracia y la participación de los ciudadanos para elegir a sus dirigentes y decidir su propio futuro. Hace siete meses, el South China Morning Post (SCMP), el primer periódico de Hong Kong de idioma Inglés que también fue mencionado en el artículo de McCLatchy DC, publicó un artículo sobre la campaña Conecta Cuba, cuyo objetivo es dar a la sociedad civil cubana acceso al libre Internet en un país que es el menos conectado en todo el hemisferio occidental. El artículo esta acertadamente titulado «Gloria Estefan y Willy Chirino apoyan inundación de información para superar la censura en Cuba». Parece que en todo el mundo, los movimientos democráticos están bailando a un ritmo similar.