El enfrentamiento al régimen castrista sí “se mueve”
“Y, sin embargo, se mueve” (“E pur si muove”). Así, parafraseando a Galileo Galileo cuando la inquisición romana lo obligó a retractarse de que es la Tierra la que gira alrededor del Sol, en Cuba, pese a la avasalladora represión política la presión popular contra el castrismo alcanza ya cotas no vistas antes.
A las protestas populares y cacerolazos puntuales localizados en barriadas y ciudades contra los apagones, la falta de alimentos, de gas, de agua, de pan, de vivienda, y la lucha de los activistas políticos ahora se ha sumado el enfrentamiento al régimen de los estudiantes universitarios, y los obispos católicos del país.
Empecemos por los universitarios
Poco después de los Castro asaltar el poder, la dictadura lanzó la consigna fascista de «la universidad es para los revolucionarios». Se realizaron purgas políticas y se impusieron condiciones político-ideológicas para poder estudiar en las universidades.
Eso forzó a gran parte del estudiantado a simular una lealtad a la “revolución” que no tenía. Pero, o fingían, o no podían estudiar. Ah, y el régimen convirtió a la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en dócil apéndice del Partido Comunista y la UJC.
Pues bien, ahora, con el “tarifazo” de ETECSA (léase GAESA) salió a flote la simulación ya expresada. Para gran sorpresa de la mafia que usurpa el poder, el estudiantado universitario se independizó de los peleles colocados por el PCC en la dirigencia de la FEU, y se ha enfrentado al régimen, pues el “tarifazo” no lo impuso una empresa, sino el Gobierno que coordina (no lo dirige) Miguel Díaz-Canel.
Hay videos grabados en reuniones de grupos de estudiantes con ETECSA antes de que crearse el “grupo multidisciplinario” montado por el régimen para un paripé de dialogo con el Gobierno.
“Este país también le pertenece a los que no tenemos dólares”
Uno de ellos capta una aplaudida intervención de una estudiante:
“Este país también le pertenece a los que no tenemos dólares, a los que no podemos pagar en MLC (moneda libremente convertible), y a los que solo tenemos CUP, alma y ganas de seguir adelante (…) esto no es una política económica, es una política invisible que separa al cubano en dos: el que tiene dólares y accede al mundo, y el que solo tiene CUP y queda aislado en su propia casa”
Otra joven dijo:
«¿Cómo van a pensar como país si no contaron con el país?», en alusión a la consigna gubernamental de «pensar como país» y el pretexto de ETECSA de que la medida fue «una decisión de país.»
A las denuncias individuales de los estudiantes y en asambleas, se sumó un comunicado de los estudiantes de la Facultad Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual del Instituto Superior de Arte (ISA), publicado el 15 de junio, en el que renunciaron a formar parte del “grupo multidisciplinario” ya mencionado “hasta tanto no se revoquen, al menos en forma temporal, las medidas impuestas unilateralmente a nuestro pueblo el 30 de mayo de 2025.”
No complacer a los estudiantes y dejar fuera al resto del pueblo
Alegaron que el encuentro ha sido organizado por ETECSA (el PCC) en sus propias instalaciones y bajo sus términos y condiciones, sin admitir la asistencia de estudiantes y profesores no escogidos por los organizadores.
Los estudiantes del ISA dijeron sin ambages:
“Reiteramos nuestro repudio a la actitud agresiva e indolente que han adoptado la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. y los Organos de la Seguridad del Estado ante el disenso dialéctico y respetuoso y hacemos un llamado a la integración universitaria y civil en estas demandas que conciernen a todo el pueblo de Cuba.”
En otras palabras, que no se trata de hacerle concesiones a los universitarios y dejar fuera al resto de los cubanos.
Y eso exactamente es lo que ha hecho la dictadura. ETECSA (léase GAESA) el 19 de junio anunció un «Plan sectorial», exclusivamente para los estudiantes universitarios que les ofrecerá seis GB adicionales a un precio de 360 pesos. El plan se aplicará luego de que el PCC haga un listado actualizado de todos los estudiantes universitarios del país.
También habrá un plan que permitirá adquirir dos gigabytes (GB) por 1,200 pesos (más de la mitad de un salario mínimo completo). Pero casi la mitad de los usuarios de teléfonos móviles en el país consumen más de ocho GB mensuales. Y la otra mitad no baja de siete u ocho GB.
“Denme apoyo, y sigan luchando”
Con antelación a este anunciado plan “parche” de ETECSA para acallar las protestas, el estudiante universitario Raymar Aguado fue arrestado por el MININT y en un video dijo:
“Maténganse al tanto (…) estamos en todo nuestro derecho de reclamar el tarifazo (…) denme apoyo y sigan luchando».
Se negó a firmar una citación policial, y al ser detenido denunció que estaba siendo conducido a un «interrogatorio ilegal de los que ejecuta el Departamento de Seguridad del Estado». Gritó que su detención era
“una medida arbitraria, empobrecedora, que vulnera todo tipo de derechos, el derecho al acceso a la comunicación, el derecho a la libertad de expresión”.
¿No evoca esa actitud de Raymar a héroes estudiantiles como José Antonio Echeverría, Fructuoso Rodríguez y otros patriotas de la FEU?
“No podemos seguir así, hay que hacer algo para salvar a Cuba”
En cuanto a los obispos cubanos, si desafiante ha sido el estudiantado, que además de exigir echar abajo el “tarifazo” defiende el derecho a la libertad de expresión en Cuba, valiente también ha sido la posición adoptada por los jefes de la Iglesia Católica en todas las provincias del país, en su reciente llamado a realizar
“los cambios estructurales, sociales, económicos y políticos que Cuba necesita».
Nunca antes en la historia del castrismo la totalidad de los obispos cubanos demandó desmontar el sistema comunista. Porque eso es lo que quiere decir la frase “cambios estructurales”. Cambiar estructuralmente la economía significa poner fin al socialismo y restaurar la economía de mercado. En la lengua de Cervantes el adjetivo estructural no admite ambigüedades.
La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba enfatizó con fuerza dramática que
“las cosas no están bien, no podemos seguir así, hay que hacer algo para salvar a Cuba (…) ¡No tengamos miedo de emprender nuevos caminos!»
Destacó que
“la falta prolongada de corriente eléctrica afecta el descanso y paraliza el estudio y el trabajo; las familias se fragmentan cada vez más por la emigración creciente, y el desencanto y la apatía se apoderan de tantos, agobiados por la repetición de promesas que no se concretan nunca”.
Probablemente los obispos hace algún tiempo querían lanzar ese llamado, pero no se atrevieron porque el argentino Papa Francisco presumía de su amistad personal con Raúl Castro, admiraba mucho a Fidel Castro y la “revolución cubana”, y no iba a permitir ese encontronazo pastoral con su amigo Castro II.
Las protestas puntuales por la escasez de todo sí son políticas
Por último, y no menos importante, es que también proliferan por la isla protestas y cacerolazos contra el hambre y la miseria en que han sido hundidos los cubanos.
La clave aquí es que, aunque aparentemente esas protestas puntuales o barriales no parecen políticas, sí lo son, y mucho. Tienen una fuerza socio-político-psicológica enorme. Tanto que incluso pudiera convertirse en el detonante del principio del fin del castrismo-comunismo.
La población está viendo que donde hay una protesta por falta de lo que sea, al poco rato aparecen vehículos con suministros de alimentos, gas, o camiones cisterna con agua, o se conecta la electricidad y se acaba el apagón, etc.
La gente se va percatando de que protestar rinde beneficios. Y eso es potencialmente un arma política de grandes proporciones, aunque a priori no lo parezca. Eso puede ir mostrando que pese a la represión ¡sí se puede! poner fin al castrismo. O volviendo a Galileo, “si muove”.
Pero este es un tema que debe analizarse por separado, en otra columna.
Roberto Alvarez Quiñones
19 de junio de 2025
