Basta de favores internacionales al castrismo, a castigarlo
Al castrismo hay que enfrentarlo y apoyar al pueblo
Al castrismo hay que castigarlo, basta ya de concesiones
Basta ya de ayudar al castrismo y no al pueblo cubano
Es hora ya de ayudar al pueblo y no al régimen castrista
¿Puede haber mejor forma de ayudar la comunidad internacional al pueblo cubano que presionar a sus gobernantes y exigirles que renuncien y convoquen al fin las elecciones democráticas que anunció Fidel Castro cuando asaltó el poder en 1959?
Porque hoy lo que se hace, sobre todo Europa y América Latina es conceder a Cuba ayuda financiera para programas estatales, donaciones de alimentos y de todo tipo dizque para aliviar el hambre, la pobreza generalizada y el malvivir de los cubanos.
La jefa de la diplomacia de la Unión Europa (UE), Kaja Kallas, recientemente volvió a rechazar el reiterado llamado que le ha hecho el Parlamento Europeo de poner fin al llamado “Diálogo Político y de Cooperación” con Cuba, mediante el cual la dictadura castrista recibe financiamiento gratuito para supuestos programas que el Gobierno nunca cumple.
La Unión Europea sigue financiando a la dictadura castrista
Así la mafia gubernamental cubana ha recibido cientos de millones de euros desde 2016. El colmo es que con esas divisas la dictadura ha comprado a España y otros países armas sofisticadas y equipamiento técnico para recrudecer la represión en las calles contra quienes osan criticar a la tiranía.
Y para nada ha importado que el Parlamento Europeo ha documentado que los fondos de la UE enviados a la isla “no llegan a la población y son utilizados para sostener a una estructura estatal represiva”. Es indignante que Europa regale dinero a una tiranía comunista que de forma descarada se burla de dicho acuerdo y pisotea los 31 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Como expresó en Washington hace unos días Rosa María Payá, recién electa a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en la Cumbre de las Naciones Cautivas, organizada por la Fundación Memorial Víctimas del Comunismo, “Necesitamos también el apoyo de la comunidad internacional. […] Aquellos que tienen el poder de quitarle los fondos a los criminales que nos reprimen, que tienen el poder de presionarlos para que pierdan la legitimidad falsa que la comunidad internacional les entrega cuando los cubanos nunca los hemos elegido».
En fin, eso de no disgustar a la mafia dictatorial castrista, seguir haciendo concesiones y enviando a Cuba dinero, donaciones de alimentos y otros productos de primera necesidad, no solo es erróneo, sino tramposo.
El apartheid se acabó por las sanciones, no por concesiones
Y pongo un elocuente ejemplo. Cuando el sistema de apartheid en Sudáfrica la comunidad internacional no se dedicó a enviar donaciones, ayuda financiera y créditos comerciales al régimen de Pretoria para aliviar el sufrimiento de los oprimidos, explotados y maltratados sudafricanos no blancos.
Hizo todo lo contrario, se realizó un boicot internacional contra el Gobierno racista de Pretoria que incluyó embargo comercial y financiero paralelamente con una gran ofensiva política, diplomática y mediática.
Y fue convoyada con una extraordinaria, masiva, insistente y larga campaña mundial exigiendo la excarcelación del líder sudafricano Nelson Mandela. La frase “Free Nelson Mandela” cubrió todo el planeta durante años.
Como resultado de esa presión y el castigo mundial contra el Gobierno racista sudafricano ya en 1990 el presidente de ese país, Frederik de Klerk, reconoció “la insostenibilidad de la economía” a consecuencia de las sanciones. Excarceló a Nelson Mandela y reconoció al partido Congreso Nacional Africano (ANC).
En marzo de 1992 en un plebiscito se aprobó la eliminación del apartheid. Luego se permitió que el ANC participara en las elecciones de 1994 y Mandela resultó elegido presidente. Y cuando le preguntaron si las sanciones económicas habían sido decisivas para poner fin al apartheid, respondió: “Oh, no hay duda.”
Fue así como se acabó con el inhumano sistema del apartheid, apretando las tuercas al Gobierno sudafricano y no haciendo concesiones, ni enviando donaciones “por lástima” al pueblo sudafricano. De haberse hecho lo que se hace hoy con el castrismo probablemente seguiría vigente el apartheid.
Esa “mano suave” con la dictadura no es por lástima, es política
En cuanto a lo de tramposo me refiero a que esa “mano suave” de concesiones de todo tipo a la dictadura castrista-comunista de La Habana, en no pocos casos no es “por lástima”, sino por razones político-ideológicas. Actualmente hay un contexto geopolítico internacional mucho más a la izquierda que en los años 90 del siglo pasado.
Además, créase o no, aún en buena parte del mundo sigue vivo el mito inventado por Fidel Castro cuando asaltó el poder en 1959 sobre la «revolución cubana» redentora de un “país muy pobre”, que cual David bíblico se enfrentaba al Goliat gigante imperialista del Norte que lo explotaba. Aquella falacia la izquierda la sublimó y eternizó.
En el caso de América Latina hay otro factor adicional que hay que denunciar, el temor que tienen muchos gobiernos de que al enfrentarse al castrismo estallen protestas violentas en las calles organizadas por la izquierda “amiga de Cuba”, alentadas y hasta organizadas desde La Habana por el largo brazo de la inteligencia cubana.
Basta ya de compadrazgo, hay que ayudar de veras al pueblo
En fin, sea cuales sean las razones por las cuales la comunidad internacional, con la excepción de EE.UU., no hace nada realmente por la libertad del sufrido pueblo cubano, es hora ya de ponerle fin a ese compadrazgo, abierto o solapado, con el totalitarismo castrista y de veras ayudar a los cubanos a liberarse del comunismo.
Basta ya de financiar al régimen y enviar limosnas para “aliviar” el sufrimiento de los cubanos. Es hora de echar a un lado la hipocresía y los “paños tibios”. Hay que ayudar al pueblo, la víctima, y no a sus victimarios, la mafia criminal que usurpa el poder.
Y no hay mejor ayuda que enfrentarse a esa dictadura como se hizo contra el régimen racista de Sudáfrica. Boicotearla, arrinconarla, denunciar la violación de los derechos humanos y exigir la liberación de los más de 1,000 presos políticos, la mayor cifra en todo Occidente. Basta ya de agasajar al castrismo. ¡Hay que castigarlo!
Roberto Alvarez Quiñones
16 de julio del 2025

