En Brasil, a los colaboradores médicos cubanos de unos 4.200 dólares les pagaban 1.000 y recibían alrededor de la mitad, porque el resto era depositado en Cuba. En Arabia Saudita el jefe de la brigada amenazó con “revocar” la misión a los que no “conciliaran”, esto es, remesar a la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos el 80 por ciento de lo que el Reino les deposita. En Qatar, según el diario británico The Guardian, el gobierno de Cuba se embolsa el 90 por ciento de los salarios de sus profesionales.

Este patrón de despojo salarial se repite en Sudáfrica, en Argelia, en Venezuela, dondequiera que hay una brigada médica cubana, supuestamente con fines humanitarios y desinteresados. Representan para el gobierno castrista su mayor entrada de divisas, unos $7.000 millones al año. Recursos que no se utilizan, como afirman los dirigentes de Salud Pública cubanos, para sostener el sistema de salud del país, el cual solo se ha deteriorado en los últimos años con una abismal carencia de medicamentos, hospitales sucios y mal equipados, y falta de suficientes especialistas y médicos de familia, por su envío al exterior.

Pero el saqueo de sus salarios no es el único abuso contra los  trabajadores de los contingentes médicos cubanos en el extranjero: también, la retención de sus pasaportes; limitación de movimientos; envío a zonas inhóspitas e inseguras; vigilancia y acoso por parte de los jefes y coordinadores de misión; presiones para desarrollar actividades no profesionales; prohibición de convivir en el país de destino con sus familiares; y una sanción de ocho años sin pisar Cuba a los que deserten.

Los gobiernos de Brasil, Bolivia, Ecuador y El Salvador cancelaron las misiones médicas cubanas al darse cuenta de estas violaciones, que coinciden con los indicadores de trabajos forzados de la Organización Internacional del Trabajo. Las evidencias también motivaron a dos relatoras de Naciones Unidas, a cargo de la trata de personas y la esclavitud moderna, a escribir cartas pidiendo aclaraciones sobre el tema al Gobierno de Cuba.

Pero la maquiladora no se detiene, y la pandemia del COVID-19 ha sido vista por La Habana como una oportunidad dorada: según datos oficiales, son más de 3.000 los trabajadores de la salud cubanos que, aprovechando la pandemia, han sido exportados a 28 naciones.

Por todas estas razones, Foundation for Human Rights in Cuba, que ha investigado minuciosamente el tema, apoya el proyecto de ley “Detener las Ganancias del Régimen Cubano”, presentado la semana pasada por los Senadores estadounidenses Rick Scott, Marco Rubio y Ted Cruz.

El plan requeriría al Departamento de Estado publicar la lista de países que tienen contratos de “misiones médicas” con el régimen cubano y considerar este factor al clasificarlos en el informe anual sobre Trata de Personas del Departamento de Estado.

No es un proyecto inofensivo: el informe de esa cancillería clasifica a los países de mejor a peor en tres grupos, de acuerdo con  su cumplimiento de los estándares contra el tráfico de pe  (inglés: TVPA), a los del grupo III se les pueden negar asistencias, subvenciones, exenciones arancelarias y préstamos estadounidenses de carácter no humanitario, incluso las ayudas del Fondo Monetario Internacional.

No obstante, la clasificación del país anfitrión no se vería afectada negativamente si este protege a los trabajadores de la salud cubanos asegurando que se les pague directamente y no se confisquen sus pasaportes o salarios;  que los contratos sean públicos y transparentes; que se les ofrezcan condiciones de trabajo y vida seguras y la posibilidad de llevar a sus familiares; y que el gobierno de Cuba no reciba ninguna compensación adicional por el trabajo de ellos.

En un comentario sobre el proyecto, el senador Ted Cruz dijo: “Estas misiones médicas parecen gestos de buena fe, pero realmente son usadas por Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel para llenar los cofres que financian la opresión del pueblo cubano. Este proyecto de ley aclarará quiénes son sus cómplices internacionales y enviará una clara advertencia al mundo sobre la seriedad con la que los Estados Unidos se oponen al tráfico de médicos cubanos”

Un importante paso para hacerles justicia a los explotados y esclavizados médicos cubanos enviados a trabajar en el exterior.

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