Las escasas 60 horas que estuvo Guillermo «Coco» Fariñas en Puerto Rico fueron aleccionadoras, intensas, productivas, motivadoras y vibrantes. Ha sido la visita que el exilio cubano en Puerto Rico necesitaba y esperaba. Pudo compartir con personas de diferentes ideologías y nacionalidades pero siempre con un sólo norte, «un cambio noviolento de gobierno en Cuba.”

En su visita confirmó que los activistas cubanos dentro de Cuba no estaban solos , que cuentan con el apoyo moral y económico de un exilio maduro, patriota y comprometido. Igualmente pudo apreciar que seguimos siendo un solo pueblo en alma, corazón y vida, el mismo pueblo que dejó hace unas semanas; conversamos fráncamente, nos interrumpimos y diferimos pero sobre todo nos respetamos. Entendiendo siempre «que lo que nos une es mucho más importante que lo que nos separa.»

Valoré mucho que «Coco» no vino a Puerto Rico para hablar de política o de su persona; sus años de presidio y sus huelgas de hambre hablan por si solas, son sus credenciales vitalicias. Nos habló de sus hermanos de causa y lucha, reconociendo la labor de cada uno de ellos, por nombre y por municipio. Nos explicó porque siempre debemos apoyar las agendas patrióticas de «las Damas de Blanco», de Yoani Sánchez y de todos los activistas por la libertad de Cuba. Además nos conminó a siempre tener presente a los presos políticos cubanos, que sufren el peor presidio del mundo y sobre todo a que no nos olvidáramos de nuestros muertos, dentro y fuera de cuba, que murieron con la esperanza de volver, algún día, a una Cuba libre y democrática.

«Coco» nos hizo partícipes de lo que se ha logrado dentro de Cuba por la integración de la lucha no violenta por la causa democrática entre los diferentes grupos de activistas, pero más énfasis puso en lo que falta por hacer. Y nos exhortó hacer lo mismo dentro de la diáspora cubana.

Hoy, no tengo dudas de que veremos «la luz al final del túnel» en un tiempo prudencial pero el apoyo económico auditado para alcanzar nuestra meta es imprescindible. Pretender que los activistas cubanos subsistan dentro de Cuba sin ayuda financiera, sin trabajo, recibiendo golpes, denunciando violaciones a sus derechos humanos y/o escribiendo contra el gobierno castrista, es inhumano. Debemos recordar las palabras de Jorge Más Canosa al respecto, cuando nos reclamó «debemos aportar para la libertad de Cuba hasta que nos duela el bolsillo». «Coco» nos señaló que todo el apoyo económico de la diáspora para la causa cubana tiene que venir acompañado de resultados comprobables dentro de cuba y que él se comprometía personalmente para que así fuese, haciendo nuestros aportes a través de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (www.fhrcuba.org).

Se marchó, dejándonos un sabor a «solidaridad» entre hermanos que nunca antes habíamos experimentado. Lo vimos partir, con su trato afable, su carácter de acero y su voluntad indoblegable, con la promesa de que pronto regresaría a puerto rico para reunirse con los jóvenes de la primera y segunda generación del exilio cubano y que cuando regrese a Cuba continuará su lucha por las reinvicaciones sociales del pueblo necesitado y oprimido cubano.

Gracias por tu visita, héroe de la patria cubana.

Severiano Lopez
(Severiano Lopez es un director de FNCA y exiliado cubano viviendo actualmente en Puerto Rico.)

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