El mundo conoció del horror de las prisiones en Siberia y otros lugares de la Unión Soviética durante el estalinismo en buena medida por el escritor disidente Alexandr Solzhenitsyn, quien cinco años después de la muerte de Stalin (ocurrida en 1953) comenzó a escribir en la clandestinidad su monumental “Archipiélago Gulag”, publicado en París en 1973.
Gulag son las siglas en ruso de la Dirección General de Campos de Trabajo en la URSS (1930-1960). Luego la URSS se vino abajo y hoy todo el mundo sabe cómo eran las prisiones soviéticas. En la Rusia actual es un libro imprescindible.
En Cuba, aunque parezca increíble, el estalinismo sigue vigente. Encima, cuando ex presos políticos, escritores y periodistas independientes narran el infierno de las prisiones castristas sus testimonios son ignorados, minimizados, o hasta negados por los grandes medios de comunicación a nivel mundial, la mayoría de ellos dominados por la izquierda.
Como mostró Néstor Almendros hace 31 años en su documental Nadie escuchaba, muchos ponen en duda los crímenes del castrismo, o los callan. Y obviamente el Gulag castrista no es conocido tampoco en isla. Los cubanos no saben lo que ocurre en las prisiones. Ese silencio mediático beneficia al castrismo, que ha ejecutado a miles de opositores políticos sin que nadie en el mundo se escandalice. Y que sigue encarcelando, torturando y asesinando.
Por eso es necesario evocar también la denuncia que hizo José Martí cuando con solo 18 años de edad escribió El presidio político en Cuba, al salir de las mazmorras colonialistas de La Habana. Hay que correr el velo, una y otra vez, que cubre al deleznable presidio político de hoy en la isla.
Cuba, país con mayor población penal en Latinoamérica
En 1959 Cuba tenía 14 prisiones, y hoy pasan de 200, según informó del 13 de diciembre de 2013, Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN). El 25 de abril de 2016 esa entidad estimó una población penal en la isla de entre 60,000 y 70,000 reclusos, incluyendo presos comunes y de conciencia.
Estadísticas del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicadas por Martí Noticias el 2 de junio de 2016, mostraron que con 510 personas encarceladas por cada 100,000 habitantes, Cuba es el país con mayor proporción de presos en América Latina. Y era el sexto a nivel mundial en 2013, según reveló el Centro Internacional para el Estudio de las Prisiones (CIEP), con sede en Londres, el 16 de diciembre de ese año.
Además, la Cruz Roja denunció el 31 de mayo de 2016, en Panamá, que después de El Salvador, Cuba es el país de Latinoamérica con mayor hacinamiento en las cárceles.
En tanto, el sitio web Alana 1962 ha confeccionado una lista de 545 prisiones y correccionales en Cuba: 55 en Pinar del Río, 54 en La Habana, 5 en Isla de la Juventud, 50 en Matanzas, 18 en Cienfuegos, 32 en Villa Clara, 28 en Sancti Spíritus, 19 en Ciego de Avila, 60 en Camagüey, 36 en Las Tunas, 21 en Holguín, 30 en Granma, 39 en Santiago de Cuba, y 98 en Guantánamo. (Ver la lista completa el sitio).
Han muerto en prisión 204 personas desde que Castro II es dictador
Archivo Cuba (AC), con sede en Miami, informó el 30 de diciembre de 2017, en un reporte enviado a Diario de Cuba, que desde que Raúl Castro es Jefe de Estado (2006) ha documentado 204 muertes en prisiones y centros de detención. Y acusó al régimen de haber asesinado o provocado la muerte de 12 personas en 2017.
Nueve de los 12 fallecidos en 2017 estaban en cárceles o centros de detención. «Dos fueron asesinados por autoridades penitenciarias (ejecuciones extrajudiciales) y a siete se les negó atención médica”, expresó María Werlau, directora de AC. Tres de ellos fueron conocidos opositores políticos: Adrián Sosa Blanco, del proyecto Estado de Sats; la Dama de Blanco Ada María López, y el activista de UNPACU, Hamell Mas Hernández.
Se practica la tortura a los detenidos
Cerca de Guantánamo, la Unidad Provincial de Investigación Criminal y Operaciones de la Seguridad del Estado es conocida como «Todo el mundo canta». «Todo el que cae allí, de una forma u otra confiesa un delito. El que no sabe hablar, aprende, porque lo enseñan a hablar», afirmó un ex recluso que prefirió mantenerse en el anonimato, al periodista independiente Manuel Alejandro León el 19 de diciembre de 2017, desde Guantánamo. «El que entra ahí canta a las buenas o a las malas”, señaló el ex preso.
«Estoy cansado del abuso de la policía conmigo y nadie hace nada«, dijo Reinier Baute Prado, de 29 años, durante una conversación con Diario de Cuba el 27 de octubre de 2017, refiriéndose a dos brutales golpizas que le ha dado la policía. Baute Prado padece retraso mental. Su padre, Reynaldo Baute, fue a la estación policial de El Caney, Guantánamo, y oyó que su hijo “estaba gritando porque lo estaban golpeando en una oficina”.
En Villa Marista, antiguo colegio religioso hoy centro de torturas del MININT, se emplea a fondo la presión psicológica. No para convencer al opositor político detenido, sino para rendirlo moralmente, disminuirlo como ser humano y mostrarle la omnipotencia del régimen y del temible aparato represivo.
En huelgas de hambre han fallecido 13 presos de conciencia
No hay gobierno en el mundo que le importe menos la vida humana que el castrista. AC tiene registradas la muerte en huelgas de hambre de 13 presos políticos. La última actualización la hizo AC el 16 de agosto de 2016.
El primer huelguista de hambre muerto, en 1966, fue el opositor Roberto López Chávez, en Isla de Pinos. En 1967, fueron Luis Álvarez Ríos y Francisco Aguirre. Luego Pedro Luis Boitel en 1972, y otros nueve valerosos patriotas, entre ellos Orlando Zapata en 2010, y Wimer Villar en 2012. La lista completa y fichas biográficas de estos 13 héroes cubanos se pueden ver en Martí Noticias.
Durante la visita de Barack Obama a Cuba, en 2016, el dictador Castro II negó la existencia de presos políticos, pero la CCDHRN publicó el 25 de abril de 2016 una lista de 93 presos políticos, 21 de ellos desde hacía 13, y 24 años. Luego, el 8 de mayo de 2017, reveló que el total aumentó a 140. Solo la UNPACU tiene más de 50 activistas en la cárcel, según informó Yriade Hernández, del consejo de coordinadores de la UNPACU, a Martí Noticias, el 7 de diciembre de 2017.
A opositores políticos los internan como enfermos mentales
La Fundación Memorial Víctimas del Comunismo, con sede en Washington, el 29 de octubre de 2017 denunció el uso en las prisiones cubanas de “la psiquiatría punitiva de estilo soviético”, y reclamó la liberación de Daniel Llorente, quien el 1 de mayo de 2017 corrió delante del dictador Castro con una bandera de EE.UU. Desde entonces Llorente está secuestrado, sin cargo alguno, en el hospital psiquiátrico de Mazorra, en La Habana. Allí le aplican los métodos aprendidos de la KGB soviética, que incluyen electroshocks, radiación, aislamiento, tareas forzadas, uso de drogas psicotrópicas, y palizas periódicas.
Las nuevas tácticas de Castro II han agravado la situación
Se fue el año 2017, comenzó 2018 y el régimen cubano sigue sin ratificar el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ni el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, ni el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.
A diferencia de su fallecido hermano, que le gustaba condenar a largas condenas a los opositores políticos que decidía no fusilar, el régimen de Raúl Castro los condena a penas cortas y de paso los golpea. No los condena a muerte pero los asesina en la cárcel, o les provoca la muerte, cuidando de que nadie lo pueda probar.
Solo en 2017 la dictadura realizó 5,155 arrestos por motivos políticos, informó la CCDHRN el 3 de enero de 2018, para un promedio de 430 mensuales. Cuando los liberan –bajo amenaza– los vigilan, allanan sus viviendas y les confiscan muebles, equipos, medios de trabajo. Les impiden salir a la calle. Los despiden de sus centros de trabajo, los difaman y desacreditan. Hostigan a sus familiares. Human Rigths Watch en su informe anual de 2017 denunció esos abusos, pero los medios no los publicaron.
Condiciones subhumanas en el presidio político
Además de las palizas que reciben sufren el hostigamiento psicológico de sus carceleros y jefes, muchos con vocación de esbirros y asesinos. Padecen de comidas en mal estado, brotes diarreicos desatendidos, negación de medicamentos, falta asombrosa de higiene, hacinamiento, vendas para fomentos en los mismos jarros donde reciben alimentos, ácaros, chinches, mosquitos, ratones y cucarachas. Negación de visitas, castigos por negarse a hacer ciertos “favores”, como espiar a otro recluso o propinarle una golpiza de escarmiento, o robarle sus pertenencias. También les plantan armas blancas para castigarlos.
Las mujeres opositoras llevan la peor parte
A las opositoras cubanas, y en particular las Damas de Blanco, cuando las detienen las patean en el suelo y las arrastran, no importa si son ancianas o están embarazadas. Son vejadas en calabozos policiales. Las amenazan con quitarles a sus hijos. A Lismery Quintana Ávila la detuvieron el 14 de marzo de 2017 y le informaron que le podían retirar la custodia de sus dos hijos pequeños. A algunas presas políticas les proponen que no le harán cargos si ofrecen favores sexuales a oficiales del MININT.
La activista Marieta Martínez Aguilera, tras cumplir 22 meses en la prisión de El Guatao, La Habana, el 27 de diciembre de 2017 narró Luis Felipe Rojas, periodista de Martí Noticias, las golpizas que les propinan las agentes que las custodian y la falta de atención médica, encierros en celdas de castigo, insultos.
“Algo que me impresionó mucho –precisó Marieta– fue que cogieron a una interna, le quitaron la ropa, le dieron golpes. Entonces la esposaron de manos y pies, parada en una reja y así estuvo tres días. Fue el año pasado, algo que me traumatizó y me enfermé hasta de los nervios”.
Entre lágrimas Marieta agregó que le envió su frazada a la mujer castigada y entonces le quitaron el castigo y se lo pusieron a ella “como medida disciplinaria”. También a una reclusa con problemas psiquiátricos las guardias la golpeaban salvajemente. Explicó que en El Guatao la presa “que tiene un dolor tiene que seguir con él porque nunca hay pastillas” A quien pide un analgésico no se lo dan.
Delitos inventados; se va a prisión por ‘peligrosidad’, siendo inocente
Para comprender porque tantos arrestos y presos de conciencia en Cuba hay que tener en cuenta que el Código Penal (la “moral socialista”) castrista manda a prisión a cualquier ciudadano por hechos que en otros países son encomiables, expresión de democracia, como el derecho de libre expresión, de asociación, de criticar al gobierno, libertad de prensa, libre empresa, o libertad religiosa.
No solo eso, se mete en la cárcel “legalmente” a un ciudadano siendo inocente. En el artículo 72 del Código Penal cubano (1987) se establece el delito de “peligrosidad”. En el juicio, el tribunal sabe que el acusado no ha cometido delito, pero lo envía a prisión para “evitar que lo cometa”.
Se trata de una aberración jurídica. En el derecho penal un delito comienza con la idea de cometerlo, luego viene la preparación para hacerlo, y finalmente la ejecución. Pero solo si el sujeto lo realiza es delito. Nadie puede ser encarcelado por solamente haber pensado en cometer un delito. Un acusado es inocente hasta que se prueba su culpabilidad. En Cuba es al revés, todo el mundo es culpable hasta que se pruebe que es inocente.
Ese artículo y otro como el “propaganda enemiga” del Código Penal se aplican a diario contra los opositores políticos. Por eso Cuba es el único país de Occidente en el que llevar encima la Declaración Universal de los Derechos humanos puede costar varios años de cárcel.
Han sido ejecutados más de 7000 opositores políticos
El general Raúl Castro es el único dictador en el mundo que con las manos manchadas de sangre es tratado como un honorable “Presidente”. ¿Si Augusto Pinochet en vez de convocar un plebiscito hubiese hecho cambios cosméticos para perpetuarse en el poder habría sido bendecido por la comunidad internacional y por el Papa?
Lo cierto es que el agasajado general cubano es responsable, como segundo al mando en Cuba durante 47 años y como Jefe de Estado desde 2006, de la muerte de 7062 personas, de acuerdo con la lista que lleva Archivo Cuba, actualizada el 31 de diciembre de 2015. De ese total, 3116 fueron fusilados, y otros 1166 fueron ejecutados extrajudicialmente (muchos de ellos en el Escambray). Otros 315 murieron por negligencia médica y 146 se suicidaron por causas políticas. La lista completa de muertos por las distintas causas se puede ver en Cubaarchive.
Otro dato: las tristemente célebres UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), campos de concentración fascista-estalinistas en los que fueron obligados a trabajar al menos 35,000 de jóvenes cubanos en los años 60, fueron obra de Raúl Castro a partir de una idea de su hermano
Crimen, que no prescribe, del general Raúl Castro
Por si fuera poco Raúl Castro personalmente fue el autor de un crimen por el que debería ser juzgado en Tribunal Internacional de La Haya. El 12 de enero de 1959 irrumpió en un juicio en Santiago de Cuba contra ex militares de Batista, lo detuvo, y ordenó al tribunal que dictara sentencia de muerte para los 72 encartados, sin tomar en cuenta ninguna prueba testifical, ni pericial, ni circunstancial, ni las atenuantes, ni las agravantes.
El periodista Antonio Llano Montes, de la revista Carteles y testigo de lo ocurrido, narró años después que Raúl dijo al tribunal: «Si uno es culpable, los demás también lo son. Los condenamos a todos a ser fusilados».
Y sin probar su culpabilidad los 72 hombres fueron llevados a un campo de tiro. Con un bulldozer se abrió una gran zanja y delante de la zanja fueron ejecutados. Llano Montes destacó que al otro día fue al campo de tiro: «Pude ver algo que me horrorizó, la mano de uno de los fusilados que salía fuera de la tierra y se agarraba a una piedra; esto indicaba que a muchos de los fusilados los habían enterrado vivos».
Ese relato de Llano Montes fue transmitido por Radio Mambí el 28 de enero de 2002, y publicado por “Todo por Cuba” el 12 de enero de 2014.
Con líderes políticos como este asesino, que pasa como “reformista” y estadista respetable para la mayoría de los gobiernos del mundo, no es nada sorprendente que terminando ya la segunda década del siglo XXI haya un Gulag en la Perla de las Antillas, y un segundo presidio político como el que denunció el padre de la independencia cubana hace 147 años.